Según el Departamento de Medio Ambiente de Francia, estamos hablando de 650 millones de euros de bienes destruidos cada año.

Main Reaction - The TFL Blog | Marzo 2022

La producción responsable requiere compras responsables

A partir de 2022, la ley "anti-gaspillage" entra en vigor en Francia. Aprobada en 2020, esta norma pionera prohíbe la destrucción de productos no vendidos de la industria de la moda. El principio aplicado aquí es el mismo que ya regula completamente la industria alimentaria nacional francesa, y definitivamente es una campaña contra el despilfarro: si se produce en exceso, es ilegal destruir los restos. Las posibles alternativas son reciclar los bienes o donarlos a obras de caridad. En cualquier caso, la idea detrás de esto es fomentar la producción sostenible de bienes.

Según el Departamento de Medio Ambiente de Francia, estamos hablando de 650 millones de euros de bienes destruidos cada año. Es evidente que las marcas de lujo y los diseñadores de moda rápida verán esta nueva regulación desde un ángulo diferente.

Por un lado, las marcas de lujo aprovecharán la oportunidad para producir lo esencial analizando detenidamente la demanda del mercado, haciendo así que sus productos sean aún más exclusivos. Por otro lado, los diseñadores de moda rápida basan su negocio en productos baratos, fácilmente asequibles para la mayoría de las personas, y por lo tanto, la cantidad de mercancías en circulación juega un papel importante en sus ingresos.

Si nos fijamos en las grandes marcas, podemos ver cómo su mentalidad ya ha cambiado desde dentro en los últimos años. Aparte de la excepción de un nicho de mercado que está creciendo especialmente en el Este, en el que las personas compran productos de marca independientemente de su precio, la mayoría de las personas considera que un bolso de lujo en su guardarropa es un hito, una cosa única en la vida. Sin embargo, el lujo no es del agrado de todos y a las marcas exclusivas no les gusta menospreciar su imagen. Prefieren no aplicar descuentos y así conservar su valor al reducir el número de objetos producidos. Algunos ejemplos destacados muestran que pueden ir más allá y hacer colecciones en el acto, utilizando los materiales que ya están en stock. Una forma perfecta de reciclar y reducir los residuos, una forma inteligente de aumentar el deseo de comprar a favor de sus productos.

No hace falta decir que no se trata solo de producción responsable, sino aún más de compras responsables. El mercado se ha vuelto ignorante a lo largo de los años por la compra obligatoria, una estrategia que funciona perfectamente para calmar las frustraciones diarias y brindar alivio psicológico al poseer algo nuevo. Es un placer de corta duración y la industria de la moda está corriendo una carrera contra el tiempo para satisfacer el gusto siempre cambiante de los consumidores.

Según cálculos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), la industria de la moda proporciona el 10% de la huella de carbono global y utiliza 1.500 millones de litros de agua cada año. Además, el uso de fibras sintéticas en textiles es un desafío adicional, ya que los plásticos y los productos químicos pueden liberarse al medio ambiente.

El modelo de moda rápida está exacerbando este problema: toneladas de ropa y zapatos de mala calidad, producidos principalmente en Oriente a bajo costo, se lanzan al mercado occidental y pasan de moda en poco tiempo. La destrucción de las existencias no vendidas puede afectar la cantidad de impuestos pagados sobre los bienes importados, por eso los importadores de los países occidentales prefieren venderlos a los comerciantes latinoamericanos, que luchan por sacar algo de dinero de estos bienes.

Finalmente, estos bienes están siendo desechados ilegalmente, es decir, Chile denuncia que el desierto de Acatama se ha convertido en un basurero a cielo abierto de ropa desechada, con innumerables riesgos tanto para el medio ambiente como para la salud de las personas, ya que necesitan hasta 200 años para biodegradarse.

A pesar de que los hábitos sociales y culturales están cambiando para mejor, es bastante claro que este tema sigue siendo un tema de moda y que para ser más efectivo el cambio debe venir desde dentro del sistema, con el apoyo de una regulación transnacional responsable.

  • La trazabilidad a lo largo de la cadena de valor de un producto es la forma más efectiva de reducir y, con suerte, eliminar cualquier abuso de los trabajadores, así como cualquier efecto negativo en el medio ambiente.
  • La investigación de mercado basada en algoritmos puede abordar adecuadamente la planificación de existencias y producción, reduciendo la cantidad de desperdicios y productos sin vender.
  • Reciclar mercancías y darles una segunda vida es otra práctica que ya aplican algunas marcas de lujo, que han establecido auténticos laboratorios artesanales donde los clientes fieles pueden restaurar sus bolsos.
  • Comienza a reconsiderar los materiales naturales como la lana, la seda y el cuero, que son más duraderos y sostenibles.

TFL es un contribuyente responsable a la cadena de valor del cuero y está apoyando activamente a la industria de la moda al ayudar a usar productos químicos seguros a través de su participación en el programa ZDHC "Roadmap to Zero". Además, su membresía en la asociación Leather Naturally tiene como objetivo educar a las nuevas generaciones y promover el uso del cuero como un material sostenible.

Marika, Italy

Fashion Cooperations & Product Marketing Manager
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